Quien más y quien menos, asocia sus desayunos y meriendas de la infancia a un producto concreto. Algunos dirán que todas las mañanas bebían un vaso de leche con Cola-Cao; quizá, otros merendaban una tableta de chocolate Nestlé con un trozo de pan, y los más clásicos, las galletas María Fontaneda de toda la vida.
Por su, relativamente, reciente presencia en España, adonde llegaron en 1995, las galletas Oreo puede que no hayan logrado alcanzar aún esas cotas de popularidad. Pero las nuevas generaciones seguro que ya la tienen entre sus favoritos. Y no es de extrañar, porque su éxito ha sido continuo e imparable desde 1912 y en todos los países a los que ha llegado.
El inconfudible sándwich de dos galletas de chocolate, unidas por una crema de vainilla y leche, tiene su origen en la isla neoyorquina de Manhattan. La capital financiera del mundo fue el lugar de nacimiento de las Oreo, que fueron creadas por la National Biscuit Company, Nabisco. Esta diseñó el lanzamiento de una nueva gama de galletas de calidad, compuesta por tres modalidades diferentes. Entre ellas, esta particular creación, que, además, fue la única que tuvo éxito. Aunque en realidad, aquellas galletas estaban inspiradas en las que, desde 1908, elaboraba la compañía Sunshine y vendía con el nombre de Hydrox. Solo cambiaba el diseño de las dos galletas de chocolate, y el nombre plasmado en ellas. Con el tiempo, su popularidad sobrepasó a la de su competencia, aunque las Hydrox continuaron en el mercado hasta el año 1996.
Las primeras unidades de Oreo se vendían a granel en Nueva Jersey, por un precio de 25 centavos de dólar la libra. La fecha oficial de la primera venta es el seis de marzo de 1912, que, además, es celebrado cada año como el Día Nacional de Oreo en Estados Unidos.